¿Qué sabes del sexo anal?
Con el crecimiento de la tecnología y la rápida propagación de información en las últimas décadas, hemos sido expuestos a muchos conceptos que no conocíamos o que solo habíamos escuchado a través de historias. Gracias a el boom de la sexualidad despues de los años 40-50, practicas como el sexo anal han salido a la luz y más personas han dado el paso a probar estas formas no convencionales de tener sexo.Sin embargo, cuando vamos a la historia, el sexo anal se puede considerar una práctica antigua que data de tiempos prehispánicos.
En América Latina se han encontrado esculturas de pequeñas figuras humanas que mantienen relaciones sexuales vaginales, anales y orales. Estas figuras pertenecían a sociedades prehispánicas que habitaban el continente americano antes de la conquista y colonización de los españoles. En lo que respecta a Europa, hay registro de prácticas sexuales anales en la Antigua Roma. Si bien, los historiadores exponen que los romanos eran abiertos a diversas prácticas sexuales, había restricciones para esta práctica según el estatus que tenía una persona en la sociedad
Pero ¿Qué es y cómo hacerlo de manera segura?
El sexo anal pues es como se escucha. Se considera como la práctica sexual en la que se introduce el pene (o un juguete sexual) en el ano y en el recto de la pareja con la que se está practicando el coito.
Antes de profundizar en las relaciones sexuales anales es importante reconocer y nombrar las partes cuerpo que intervienen para conocer las funciones y características que tiene cada una, estas son:
- El ano,
- El recto
- El esfínter anal.
El ano es el orificio al final del tubo digestivo, por donde se evacua el material de defecación. Está compuesto por capas de piel -con terminaciones nerviosas que la hacen especialmente sensible- y por el intestino.
El recto es la parte final del tubo digestivo y está encima del ano; es una zona poco sensible. Y el esfínter anal, que es un anillo muscular que mantiene cerrado el ano y es controlado por el sistema nervioso autónomo, pero en parte también es posible contraerlo y relajarlo a voluntad.
En la actualidad esta práctica no se considera reprochable, pero existen tabúes que estigmatizan este tipo de relaciones sexuales, por ejemplo, se cree que solo los hombres homosexuales tienen este tipo de encuentros, dejando de lado las experiencias de parejas heterosexuales o lesbianas.
Escucha a tu cuerpo, si el sexo anal (o cualquier tipo de sexo) te duele, detente. El sexo que es doloroso o incómodo no debería continuar y tu pareja debe respetar eso.
Algunas personas disfrutan el sexo anal, y otras para nada. Cualquiera de las dos son aceptables.
Sin embargo si esta práctica te llama la atención y quisieras intentar, aquí te damos algunos consejos para que tu experiencia sea satisfactoria y placentera:
- El sexo anal puede ser doloroso si no estás relajado/a y no usas un lubricante. El ano no produce su propia lubricación como lo hace la vagina, así que el lubricante ayuda una penetración con mayor facilidad y evita que el condón se rompa.
- No utilices ningún lubricante de contenido aceitoso, como la Vaselina, cremas o aceite para bebés. Estos lubricantes a base de aceite pueden debilitar el condón y hacer más factible que se rompa. Puedes conseguir lubricantes seguros (a base de agua o silicona) en farmacias o supermercados.
No puedes quedar embarazada por tener sexo anal. Pero sí existe una posibilidad más alta de contraer una ETS (Enfermedades de transmisión sexual), incluyendo el VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana, al tener sexo anal sin protección. Por eso es importante siempre priorizar el uso de condones para reducir las posibilidades de contagios.
¿Estás dispuesta a probarlo? Siempre que sea seguro, con consentimiento mutuo y con una mente abierta, puede que sea una práctica satisfactoria y que la puedas considerar parte de tus preferencias. Te recomendamos que experimentes tu sexualidad y que no tengas miedo a probar cosas fuera de tu área de confort. 🔥