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4 métodos de cómo excitar a una mujer.

4 métodos de cómo excitar a una mujer.

Esto de excitar a una mujer se ha convertido en un concurso de tristes presunciones: que si hay que cautivarla diciéndole “¡Ey, chica linda!”, “Hola belleza”, etc. para conseguir que se sienta atractiva; o transmitir confianza con el lenguaje corporal y demás consejos cuyo único resultado es enredar con falsas apariencias una actitud que, para empezar, tiene que resultar de lo más natural.

 Hasta he encontrado quienes aconsejan asearse antes de la cita, para lo cual consideran un plus ¡ir peinado y con algo de colonia! Por mi parte, entiendo que nuestra audiencia es suficientemente madura como para saber que la higiene es esencial… ¡En la vida!

Veamos otras simplezas, estrategias razonables y 5 formas menos comentadas de excitar a una mujer. Sigue leyendo…

 

Cómo excitar a una mujer #1: lógica desubicada

En la práctica no es tan complicado, pero teóricamente deben existir 385.749 formas de excitar a una mujer en 10³²² escenarios diferentes, bajo unos 50 estados de humor distintos (por lo menos) y siempre contando con que las condiciones climáticas sean favorables. Esto abre un arco de probabilidades demasiado amplio como para abarcarlo en este artículo, así que comenzaré por centrarme en un par de consejos aparentemente lógicos que, en realidad, pueden llevarte al más estrepitoso fracaso, si los aplicas como axiomas.

 

1. “Pregúntale qué le gusta”

Este es uno de los consejos más absurdos que he encontrado. Parece lógico, ¿verdad? Pues aplicado tal cual, puede resultar un verdadero desastre, porque una cosa es querer saber cómo se excita (y desarrollar técnicas para hacerlo) y otra muy distinta es que la pregunta en sí nos vaya a poner a 100, de buenas a primeras.

Para empezar, hay que cerciorarse de que ella haya manifestado claramente que le interesas, y que quiere tener algún tipo de sexo contigo. De modo contrario, la cuestión de cómo excitarla no debería cruzar tu cabeza (antes de intentar excitar, hay que hacerse gustar y, para ello, hay que hablar).

A partir de aquí, no hay que perder de vista las zonas erógenas más comunes: boca, orejas, cuello, pechos, areolas y pezones, muslos, clítoris, Punto G, nalgas y ano, sin subestimar el cuero cabelludo, la espalda o los pies. Si, en este punto, le preguntas algo así como “¿te excitaría que te tocase los pezones?”, me atrevería a decir que reducirás las probabilidades de conseguirlo en un 1% (por ser generosa). ¿Significa esto que hay que lanzarse sin preguntar lo que le gusta? Pues depende del contexto… Lo explicaré más adelante.

 

2. “Conoce sus fantasías”

No digo que una conversación sobre fantasías eróticas femeninas no sea excitante en sí, de hecho, no solo pienso que lo es, sino que también es uno de los pilares en los que se sostiene una relación de pareja.

Lo que ocurre, como en el apartado anterior, es la aproximación del tema en una relación efímera. Lo diré de otro modo: quien busca cómo excitar es normalmente alguien que desea procurar el máximo placer a una persona que no conoce. Y si le preguntas a una mujer con la que no tienes confianza cuál es la fantasía sexual que más le pone, en el mejor de los escenarios, obtendrás una verdad a medias.

Las fantasías eróticas femeninas (y masculinas) pertenecen a un mundo más íntimo, excesivamente sensible y personal, difícil de compartir incluso con parejas de toda la vida. 

En definitiva, “conocer sus fantasías” es algo lógicamente sano y deseable en cualquier relación, pero, desde luego, dista de ser un consejo mínimamente eficaz para excitar a una mujer con la que apenas has compartido tiempo, espacio, alegrías, tristezas e intensas cantidades de sexo.

 

Cómo excitar a una mujer #2: estrategias

Para empezar, vuelvo a repetir, partimos de la base de que tú le gustas a ella, y lo sabes porque te lo ha manifestado. Así que, si quieres averiguar cuál es una de las cosas que más excita a la mayoría de las mujeres, tienes que empezar por entender que la libido se dispara cuando ven a su pareja disfrutando con ellas. Este es uno de los mejores afrodisiacos para el sexo femenino: sentir cómo su amante está deleitándose con las caricias, besos o aquello que estéis practicando. Por ello, la primera y –diría necesaria– estrategia para excitar a una mujer es disfrutar con ella. Y no solo sexualmente; participar con gracia y resolución de sus temas de conversación, por ejemplo, mostrará tu ingenio en circunstancias específicas que, en sí, pueden ser un motivo de excitación sexual.

Pero ¿cómo saber exactamente lo que le gusta en el sexo sin preguntar? Observa la reacción de su piel, de sus brazos y piernas, de su cara ¿Gime o suspira profundamente? ¿Sujeta tu mano y la atrae hacia ella? ¿Te lame o te muerde mientras la besas? ¿Se le erizan los pezones? ¿El clítoris está abultado? ¿Lubrica con más intensidad y la vagina se dilata con tensión? ¿Te clava las uñas en las nalgas mientras la penetras con suavidad? Casi con toda probabilidad, lo estás haciendo bien.

 

Preguntar qué le gusta como estrategia.

Como sugería, “preguntar” tiene más sentido como parte del juego erótico, si te encuentras en una relación duradera o si existe confianza suficiente. Aunque también hay algunos escenarios en los que puede funcionar, si lo haces de forma elegante y sexi. Por ejemplo, mientras besas con suavidad su cuello, llevas tu mano a la cara interior de un muslo y, deslizando la yema de un dedo cerca del pubis, y con una voz tranquila, simplemente, le preguntas “¿Cuánto te gustan estas caricias?”; arrastras esa yema del dedo hacia los labios, subes al clítoris, la introduces un poco en la vagina… Mientras haces todo esto, puede que preguntarle no estropee el momento, e incluso, es posible que aumente un poco más la temperatura.

 

Comentar fantasías como estrategia.

Una estrategia divertida, que puede ser muy eficaz, es comentarle algo sobre tus ensoñaciones sexuales. Algo que no sea excéntrico en exceso ni aburridamente normal se puede convertir en un punto de juego sensual y picante en el que le sirvas la oportunidad de ser empática en bandeja de plata. Y, de este modo, sí que conocerás alguna verdad de sus fantasías.

Aunque tiene su riesgo, por lo que previamente tienes que evaluar la idoneidad de sacar un tema de conversación así. Ten en cuenta que hay muchas mujeres que no se sienten cómodas hablando de sexo con personas que no conocen.

En cualquier caso, siempre lo puedes plantear como un juego divertido: por ejemplo, jugar a adivinar las fantasías sexuales de famosos o de amigos.

Cada uno va eligiendo famosos o amigos, les etiqueta con una práctica sexual convencional o kinkster y se inventa una situación en la que las describa. ¿Un poco infantil? Quizá, pero el mero hecho de tener que narrarlas implica visualizarlas, y la imaginación es el primer motor para encender la libido. Además, cuando una persona imagina pone fragmentos de realidad, su realidad, ya sea vivida o deseada. En resumen, no solo la excitas (y te excitas) sino que juegas y aprendes de ella (y ella de ti).

 

Cómo excitar a una mujer #3: 5 formas peculiares

Hay una infinidad de maneras de excitarnos que, además, no tienen porqué funcionar con todos ni todas.

Cada mujer es distinta, y cada momento y persona son diferentes razones libidinales. Y, a veces, se suman otras razones más extrañas o menos comentadas, como las 5 que te voy a contar.

 

1. Instinto básico

Uno de los consejos que te darán es que no acaricies sus senos estrujándolos como si estuvieras ordeñando. Ciertamente, es poco erótico y suele ser un verdadero anticlímax. Ahora bien, no son pocas las mujeres (normalmente, las que ya han dado a luz) que se excitan “amamantando” a sus hombres. Y, adivina… ¡Hay muchísimos hombres que están encantados con esto!

 

2. Sexo en la cabeza

Es posible que ya hayas leído más de un estudio o artículo acerca del aumento de la libido, tras una leve lesión cerebral (en la mayoría de las ocasiones problemático, por exagerado). De hecho, hay bastantes papers en los que se establece dicha consecuencia.

Esto no significa que hay que darse un golpe en la cabeza, simplemente es un buen dato para explicar que el sexo está en la cabeza, y no solo de un modo abstracto o puramente psicológico. Por eso, por ejemplo, hacer que se ría es uno de los mejores preliminares: la risa activa zonas del cerebro. De hecho, cuando consigues que alguien se ría es porque has desencadenado una reacción en su sistema límbico…. ¡El sexo empieza en la cabeza!

 

3. Gemidos de película

¿Habías pensado en que una película de terror puede ser un revulsivo libidinal? ¿Te parece absurdo? Vale, piénsalo así: cuando algo produce miedo, todos nuestros sentidos se ponen en alerta, por lo que la voz y las caricias se perciben con más intensidad.

 

4. Preliminares con uvas

Casi con toda seguridad, has leído aquel estudio italiano en el que se decía que las mujeres que beben dos vasos de vino tinto al día tienen más deseo o predisposición para tener sexo. Bueno, sea verdad o no, una conversación interesante acompañada con un buen vino es prácticamente irrenunciable.

 

5. Cultivar tu pasión

Habrá mujeres que se exciten con personas que lean relatos eróticos mientras hacen pesas; otras solo con los que toquen la guitarra o con quien exhiba una chocolatina perfecta por abdomen; quien pinte, juegue al ajedrez, cuide de ancianos o escriba postales con poemas para San Valentín. Sea cual sea, cultiva la pasión que tengas, habrá más de una mujer que, con el simple hecho de ver, escuchar o leer se encenderá.

 

Cómo excitar a una mujer #4: el método definitivo

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